Una vida que todos vivimos, donde planteamos mil proyectos y llevamos a cabo cinco.
Donde nos levantamos cansados y hacemos lo que siempre sin preguntarnos mucho qué estamos haciendo; salvo momentos ya tarde de noche, cuando no queda otra opción que pensar un poco.
Donde no se da tiempo para nada, donde es todo una enorme carrera para llegar a la cima de nuestro todo. Nos hace ignorar, nos HACE ignorar, no lo ignoramos a propósito, todas las demás cosas que uno quizás querría hacer.
Y después uno llega a los 75 años, baja un par de cambios, mira para atrás y se da cuenta de todas las camas a medio hacer, de todas las piezas que quedaron tiradas para después para siempre.
Bleh, la mañana me pone boludo... Mejor me voy a la facultad, y después al gimnasio, y después a estudiar y a darle de comer a los peces... No debería gastarme en pensar estas pavadas irrelevantes.
Arroja la bomba
Hace 13 años