Alguna vez se pusieron a pensar en que el cielo existe más allá de todos los edificios, que no está sólo para evitar un espacio negro entre los monstruos de cemento?
Alguna vez miraron para arriba?
Caminando entre lo gris, miraron para arriba, vieron lo azul y blanco, las nubes pasajeras de un día de invierno, verano, otoño, primavera?
Nunca sintieron desesperadamente ganas de subirse a alguna terraza, bien alto, y mirar las cosas desde arriba, librados de la jaula, del muro inalcanzable de los edificios y rascacielos? De volar, sobrevolar la fábrica de rutinas y sentir el viento en la cara y respirar el aire fresco y cerrar los ojos y huir a algun lugar más lindo?
No se sintieron encerrados, acorralados entre lo artificial, no sintieron ganas de tirarse de una puta vez en el pasto fresco de algún valle y mirar el cielo y la montaña?
Y sé que hablo de estereotipos.
Pero nunca se sintieron encerrados? No se sienten encerrados? No sienten que las moles inmensas de concreto se les tiran encima como un asfixiante abrazo de vigas, arena, cemento, agua, telas, olores de guisos, pavas, mate, sillones, televisiones, y viejas chismosas?
Qué sé yo. A veces me desespera un poco..
Pero al mismo tiempo, tiene su encanto, el del a ciudad, el de la noche iluminada, el día nocturno, los productos a consumir, las calles transitadas, los autos, las plazas...
O no es esto ningún producto de la propia desesperación del hombre?
No sé si ustedes algún día la habran visto "la zona de la angustia", como Arlt lo plantea en "Los Siete Locos":
"Esta atmósfera de sueño y de inquietud que lo hacía circular a través de los días como un sonámbulo, la denominaba Erdosain, 'la zona de la angustia'.
Erdosain se imaginaba que dicha zona existía sobre el nivel de las ciudades, a dos metros de altura, y se le representaba gráficamente bajo la forma de esas regiones de salinas o desiertos que en los mapas están revelados por óvalos de puntos, tan espesos como las ovas de un arenque.
Esta zona de angustia era la consecuencia del sufrimiento de los hombres. Y como una nube de gas venenoso se transladaba pesadamente de un punto a otro,penetrando murallas y atravesando los edificios, sin perder su forma plana y horizontal; angustia de dos dimensiones que guillotinando gargantas dejaba en éstas un regusto de sollozo"
Es desesperante, y te dan ganas de irte lejos, muy lejos, y estar por lo menos un mes solo.
Y te da miedo, miedo de acostumbrarte a eso, y de vivir así.
Por suerte no me pasa tan seguido últimamente.
Pero pasa.
Salutes, me voy a torrar
Trancos
Aclaración... Esto no es que odie vivir en las ciudades ni mucho menos, a veces hasta me gustaría quedarme. Pero me dan ataques, vio, me pueden, son más fuertes que yo..